Infección respiratoria aguda: síntomas, tratamiento y cuándo consultar al médico

Quizás comenzaste sintiéndote un poco congestionado, con dolor de garganta o una tos leve que pensaste que desaparecería en unos días. Pero han pasado varios días y no solo no mejoras, sino que te sientes peor. La fiebre ha aparecido, la tos se ha intensificado, y esa sensación de fatiga te tiene preocupado. Te preguntas si esto es solo una «gripe común» o si necesitas atención médica.

Esta situación es más común de lo que imaginas, y tu preocupación es completamente válida. En mi experiencia como médico internista, he visto cómo muchas personas subestiman los síntomas respiratorios, pensando que «se les pasará solo», cuando en realidad están desarrollando una infección respiratoria aguda que requiere evaluación y tratamiento profesional.

No todas las infecciones respiratorias son iguales, y definitivamente no todas son leves. Algunas pueden evolucionar rápidamente hacia complicaciones serias como neumonía, bronquitis severa, o requerir hospitalización, especialmente en personas con condiciones preexistentes o sistemas inmunológicos comprometidos.

En este artículo te ayudaré a entender qué es exactamente una infección respiratoria aguda, cómo reconocer los síntomas que indican gravedad, cuándo es imperativo buscar atención médica, y qué esperar del tratamiento. La información que compartiré está basada en más de 20 años de experiencia clínica y en las guías médicas más actualizadas.

Tu salud respiratoria no es algo con lo que puedas jugar. Saber cuándo actuar puede hacer la diferencia entre una recuperación rápida y complicaciones que podrían haberse evitado con atención oportuna.

¿Qué es una infección respiratoria aguda?

Para entender mejor tu situación actual, es fundamental que conozcas exactamente qué está sucediendo en tu sistema respiratorio. Una infección respiratoria aguda (IRA) es una condición que afecta cualquier parte de tu sistema respiratorio – desde tu nariz hasta tus pulmones – y que se desarrolla de manera súbita, generalmente en cuestión de días.

Imagina tu sistema respiratorio como un árbol invertido. La «corona» del árbol serían tu nariz y garganta (tracto respiratorio superior), el «tronco» sería tu laringe y tráquea, y las «ramas» serían tus bronquios y bronquiolos que llevan el aire hasta las «hojas» – tus alvéolos pulmonares donde ocurre el intercambio de oxígeno.

Una infección respiratoria aguda puede afectar cualquier nivel de este «árbol», y dependiendo del nivel afectado, los síntomas y la gravedad pueden variar significativamente.

Infecciones del tracto respiratorio superior

Estas afectan principalmente:

  • Nariz (rinitis): Congestión, secreción nasal, estornudos
  • Senos paranasales (sinusitis): Dolor facial, presión en la frente, secreción espesa
  • Garganta (faringitis): Dolor al tragar, irritación, enrojecimiento
  • Laringe (laringitis): Ronquera, pérdida de voz, tos seca

Aunque estas infecciones pueden ser muy molestas, generalmente son menos peligrosas y tienden a resolverse más fácilmente.

Infecciones del tracto respiratorio inferior

Estas son las que más preocupan a los médicos porque afectan:

  • Tráquea y bronquios (traqueobronquitis): Tos intensa, producción de flemas, dolor en el pecho
  • Pulmones (neumonía): Dificultad respiratoria, fiebre alta, escalofríos, dolor torácico severo

Las infecciones del tracto inferior tienen mayor potencial de causar complicaciones serias y requieren atención médica más urgente.

¿Qué causa estas infecciones?

Virus: Son la causa más común de infecciones respiratorias agudas. Incluyen:

  • Rinovirus (resfriado común)
  • Virus de la influenza (gripe estacional)
  • Virus respiratorio sincicial (VSR)
  • Adenovirus
  • Coronavirus (incluyendo SARS-CoV-2)
  • Virus de parainfluenza

Bacterias: Menos comunes como causa inicial, pero pueden:

  • Causar infecciones primarias (como neumonía bacteriana)
  • Ser infecciones secundarias que complican una infección viral inicial
  • Incluyen Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Mycoplasma pneumoniae

Factores ambientales: También pueden contribuir:

  • Contaminación del aire
  • Exposición a irritantes químicos
  • Cambios bruscos de temperatura
  • Ambientes con poca ventilación

¿Por qué algunas infecciones se vuelven más serias?

Varios factores determinan la gravedad de una infección respiratoria:

Tu sistema inmunológico: Si está comprometido por estrés, falta de sueño, mala alimentación, o enfermedades crónicas, tienes mayor riesgo de complicaciones.

Condiciones preexistentes: Asma, EPOC, diabetes, enfermedades cardíacas, o inmunosupresión aumentan significativamente el riesgo.

Edad: Los adultos mayores de 65 años y los niños pequeños son más vulnerables a complicaciones.

El tipo de patógeno: Algunos virus y bacterias son inherentemente más agresivos que otros.

Coinfecciones: Tener una infección viral que se complica con una infección bacteriana secundaria.

Según la Organización Mundial de la Salud, las infecciones respiratorias son una de las principales causas de muerte en el mundo, especialmente cuando no se reconocen o tratan oportunamente.

Síntomas de una infección respiratoria aguda

Reconocer los síntomas de una infección respiratoria aguda y, más importante aún, identificar cuáles indican gravedad, puede ser la diferencia entre una recuperación sin complicaciones y una situación que requiera hospitalización. Como médico, he aprendido que los pacientes que mejor evolución tienen son aquellos que buscan atención cuando los síntomas están comenzando a intensificarse, no cuando ya están severamente enfermos.

Síntomas iniciales comunes (primeros 1-3 días)

Malestar general y fatiga: Esa sensación de «no estar bien» que es difícil de describir. Te sientes más cansado de lo normal, sin energía para tus actividades habituales.

Dolor de garganta: Puede comenzar como una leve irritación y progresar a dolor intenso al tragar. A veces se acompaña de sensación de sequedad o «raspado».

Congestión nasal: Comenzando como una sensación de «nariz tapada» que puede progresar a secreción abundante, inicialmente clara y luego más espesa.

Tos leve: Al principio puede ser seca e irritativa, como si tuvieras algo «atascado» en la garganta.

Dolor de cabeza: Frecuentemente frontal, relacionado con la congestión de senos paranasales.

Síntomas que indican progresión y mayor gravedad

Fiebre alta persistente: Una temperatura de 38.5°C (101.3°F) o más que no cede con antipiréticos, o que regresa rápidamente cuando el medicamento deja de hacer efecto. La fiebre que persiste más de 48-72 horas es especialmente preocupante.

Tos productiva con cambios en las secreciones: La tos evoluciona de seca a productiva (con flemas). Las flemas cambian de claras a amarillentas, verdosas, o peor aún, con trazas de sangre. Esto puede indicar infección bacteriana secundaria o afectación pulmonar.

Dificultad respiratoria (disnea): Este es uno de los síntomas más alarmantes. Incluye:

  • Sensación de falta de aire en reposo
  • Necesidad de hacer esfuerzo extra para respirar
  • Respiración rápida o superficial
  • Sensación de no poder «llenar» completamente los pulmones
  • Uso de músculos accesorios (cuello, costillas) para respirar

Dolor torácico: Puede manifestarse como:

  • Dolor punzante que empeora al respirar profundo o toser
  • Sensación de presión o peso en el pecho
  • Dolor que se irradia hacia el hombro o espalda
  • Dolor que interfiere con la respiración normal

Escalofríos intensos: No solo tener frío, sino escalofríos que hacen que tu cuerpo tiemble incontrolablemente, frecuentemente acompañados de sudoración profusa.

Síntomas de alarma que requieren atención inmediata

Cianosis: Coloración azulada alrededor de los labios, uñas, o piel. Indica que no está llegando suficiente oxígeno a tu sangre.

Confusión o alteración del estado mental: Especialmente en adultos mayores, puede ser el único síntoma de una neumonía severa. Incluye desorientación, somnolencia excesiva, o dificultad para concentrarse.

Vómitos persistentes: Que impiden mantener líquidos o medicamentos.

Deshidratación severa: Sequedad extrema en boca y mucosas, orina muy oscura o ausente, mareos al ponerse de pie.

Empeoramiento después de mejora inicial: Si te sentías mejor y súbitamente empeoras, puede indicar una infección bacteriana secundaria.

Síntomas específicos en adultos mayores

Los adultos mayores pueden presentar síntomas atípicos que incluyen:

  • Confusión como único síntoma inicial
  • Caídas inexplicables
  • Pérdida del apetito severa
  • Incontinencia urinaria nueva
  • Empeoramiento de condiciones crónicas existentes

Síntomas que indican complicaciones específicas

Neumonía:

  • Dolor torácico severo
  • Fiebre alta con escalofríos
  • Tos con flema purulenta o sanguinolenta
  • Dificultad respiratoria progresiva
  • Fatiga extrema

Bronquitis aguda severa:

  • Tos intensa que interfiere con el sueño
  • Producción abundante de flemas
  • Sibilancias (sonido de «silbido» al respirar)
  • Dolor torácico por la tos constante

Sinusitis complicada:

  • Dolor facial intenso
  • Hinchazón alrededor de los ojos
  • Fiebre persistente después del día 10 de síntomas
  • Secreción nasal espesa y maloliente

Síntomas relacionados con COVID-19 y otras infecciones virales emergentes

Dados los eventos recientes, es importante mencionar síntomas que pueden indicar infecciones por coronavirus u otros virus emergentes:

  • Pérdida súbita del olfato o gusto
  • Diarrea asociada a síntomas respiratorios
  • Erupciones cutáneas
  • Dolor de garganta severo sin otros síntomas de resfriado
  • Fatiga que persiste semanas después de otros síntomas

La importancia del contexto

Los síntomas deben siempre evaluarse en contexto:

  • Duración: Los síntomas que persisten más de 7-10 días merecen evaluación médica
  • Progresión: Los síntomas que empeoran en lugar de mejorar
  • Intensidad: Los síntomas que interfieren significativamente con actividades diarias
  • Respuesta a tratamiento: Los síntomas que no mejoran con medidas básicas de cuidado

¿Cuándo debes consultar al médico?

Esta es probablemente la pregunta más importante que puedo responder en este artículo, porque el momento de buscar atención médica puede literalmente determinar el curso de tu enfermedad. Durante mis años de práctica, he visto cómo la atención oportuna previene complicaciones serias, mientras que la demora puede llevar a hospitalizaciones que podrían haberse evitado.

Consulta inmediata (dentro de las primeras 24 horas)

Dificultad respiratoria de cualquier grado: Si sientes que no puedes respirar normalmente, no esperes. Esto incluye:

  • Sensación de falta de aire al caminar distancias cortas
  • Necesidad de sentarte o parar para recuperar el aliento
  • Respiración rápida en reposo (más de 20 respiraciones por minuto)
  • Sensación de no poder llenar completamente los pulmones

Fiebre alta persistente: Temperatura de 39°C (102.2°F) o más, especialmente si:

  • No responde a antipiréticos comunes
  • Se acompaña de escalofríos intensos
  • Persiste más de 48 horas
  • Se presenta con otros síntomas respiratorios

Dolor torácico significativo: Cualquier dolor en el pecho que:

  • Empeora al respirar profundo
  • Es punzante o se siente como «puñaladas»
  • Se acompaña de dificultad respiratoria
  • Se irradia hacia el hombro, brazo, o espalda

Tos con sangre: Cualquier cantidad de sangre en las secreciones respiratorias requiere evaluación inmediata.

Signos de cianosis: Coloración azulada en labios, uñas, o piel.

Confusión o alteración del estado mental: Especialmente en adultos mayores, puede ser el único signo de infección grave.

Consulta urgente (dentro de 48-72 horas)

Fiebre moderada persistente: Temperatura entre 38.5-39°C que persiste más de 72 horas, especialmente si se acompaña de:

  • Fatiga severa
  • Pérdida del apetito
  • Dolor de cabeza intenso
  • Malestar general progresivo

Empeoramiento después de mejora inicial: Si comenzaste a sentirte mejor y luego empeoras, puede indicar una infección bacteriana secundaria.

Tos productiva con cambio en las secreciones: Cuando las flemas cambian de claras a amarillentas, verdosas, o se vuelven más espesas y abundantes.

Dolor de garganta severo: Especialmente si se acompaña de:

  • Dificultad para tragar líquidos
  • Hinchazón del cuello
  • Fiebre alta
  • Ganglios inflamados y dolorosos

Síntomas que interfieren con actividades básicas: Si no puedes trabajar, dormir, o realizar actividades diarias debido a los síntomas.

Situaciones de alto riesgo que requieren evaluación temprana

Si tienes condiciones preexistentes:

  • Asma: Cualquier infección respiratoria puede desencadenar una crisis asmática
  • EPOC: Mayor riesgo de exacerbaciones que pueden ser mortales
  • Diabetes: Las infecciones pueden descompensar el control glucémico
  • Enfermedades cardíacas: Aumento del estrés cardiovascular
  • Inmunosupresión: Por medicamentos, VIH, cáncer, o trasplantes

Si eres adulto mayor de 65 años: El sistema inmunológico envejece y las infecciones pueden progresar más rápidamente.

Si tienes factores de riesgo múltiples:

  • Sobrepeso significativo
  • Fumador o ex-fumador
  • Exposición ocupacional a irritantes
  • Vivir en ambientes con alta contaminación

Señales específicas según el tipo de infección sospechada

Para sospecha de neumonía:

  • Fiebre + tos + dolor torácico
  • Dificultad respiratoria progresiva
  • Fatiga desproporcionada a otros síntomas
  • Escalofríos intensos

Para sospecha de bronquitis aguda severa:

  • Tos intensa que interfiere con el sueño por más de 5 días
  • Producción abundante de flemas amarillentas o verdosas
  • Sibilancias o «pitos» al respirar
  • Fiebre persistente

Para sospecha de sinusitis complicada:

  • Dolor facial intenso que empeora al inclinarse
  • Hinchazón facial o alrededor de los ojos
  • Dolor de cabeza severo frontal
  • Fiebre después del día 10 de síntomas

Cuándo NO esperar y buscar atención de emergencia

  • Dificultad respiratoria severa
  • Coloración azulada en labios o uñas
  • Dolor torácico severo
  • Confusión o pérdida de conciencia
  • Fiebre muy alta (40°C o más) que no responde a medicamentos
  • Vómitos que impiden mantener líquidos
  • Signos de deshidratación severa

Consideraciones especiales post-COVID

Si has tenido COVID-19 recientemente:

  • Cualquier síntoma respiratorio nuevo merece evaluación
  • Los síntomas que regresan después de haberte sentido mejor
  • Fatiga extrema que persiste semanas después
  • Dificultad respiratoria que aparece con esfuerzos mínimos

La importancia de la medicina interna en infecciones respiratorias

Los médicos internistas estamos especialmente entrenados para:

  • Evaluar infecciones en el contexto de otras condiciones médicas
  • Reconocer complicaciones tempranas
  • Manejar pacientes con múltiples problemas de salud
  • Coordinar cuidados complejos cuando es necesario
  • Prevenir hospitalizaciones a través de manejo ambulatorio intensivo

No subestimes tus síntomas. Es mejor una consulta «innecesaria» que una complicación prevenible. Tu intuición sobre tu propio cuerpo es valiosa – si sientes que «algo no está bien», probablemente tengas razón.

Tratamiento y seguimiento médico

El tratamiento de una infección respiratoria aguda no es un enfoque de «talla única». Como médico internista, mi objetivo siempre es proporcionar el tratamiento más efectivo y seguro, evitando tanto la subtratamiento que puede llevar a complicaciones, como el sobretratamiento que puede causar efectos secundarios innecesarios.

Principios fundamentales del tratamiento

Evaluación inicial completa: Antes de iniciar cualquier tratamiento, necesito determinar:

  • Si la infección es viral, bacteriana, o mixta
  • Qué parte del sistema respiratorio está afectada
  • Tu estado general de salud y factores de riesgo
  • La severidad de los síntomas
  • Si hay complicaciones presentes o riesgo de desarrollarlas

Tratamiento individualizado: El plan de tratamiento depende de múltiples factores específicos de cada paciente, incluyendo edad, condiciones preexistentes, severidad de síntomas, y respuesta inicial al tratamiento.

Por qué la automedicación con antibióticos es peligrosa

Uno de los errores más comunes que veo es la automedicación con antibióticos que quedaron de tratamientos anteriores o que se compraron sin prescripción médica. Esto es problemático por varias razones:

La mayoría de infecciones respiratorias agudas son virales: Los antibióticos no tienen ningún efecto contra virus. Usarlos innecesariamente no solo no te ayudará, sino que puede causar efectos secundarios.

Resistencia bacteriana: El uso inapropiado de antibióticos contribuye al desarrollo de bacterias resistentes, lo que hace que futuros tratamientos sean menos efectivos.

Enmascaramiento de síntomas: Los antibióticos pueden hacer que te sientas ligeramente mejor por efectos antiinflamatorios, pero sin tratar la causa real de tu enfermedad.

Efectos secundarios: Náuseas, diarrea, candidiasis, y reacciones alérgicas son comunes con el uso inadecuado de antibióticos.

Tratamiento de infecciones respiratorias virales

Medidas de soporte y alivio sintomático:

Reposo: No es solo «quedarse en casa». Significa permitir que tu cuerpo dedique energía a combatir la infección. Esto incluye:

  • Dormir 8-10 horas diarias
  • Evitar actividades físicas intensas
  • Reducir estrés y responsabilidades no esenciales
  • Permanecer en ambientes cálidos y confortables

Hidratación adecuada: Fundamental para mantener las secreciones respiratorias diluidas y facilitar su expectoración:

  • Agua natural: al menos 8-10 vasos diarios
  • Caldos tibios: proporcionan electrolitos y calor reconfortante
  • Té de hierbas: manzanilla, jengibre, miel (si no eres diabético)
  • Evitar: alcohol, cafeína en exceso, bebidas muy frías

Manejo de la fiebre:

  • Paracetamol (acetaminofén): 500-1000mg cada 6-8 horas (máximo 4g/día)
  • Ibuprofeno: 400-600mg cada 6-8 horas (con alimentos)
  • Medios físicos: compresas tibias, baños de agua tibia, ropa ligera

Alivio de síntomas específicos:

  • Para congestión nasal: Solución salina, vaporizaciones, descongestionantes tópicos (máximo 3 días)
  • Para tos seca: Antitusivos como dextrometorfano, miel, té caliente
  • Para tos productiva: Expectorantes, mucha hidratación, no suprimir completamente
  • Para dolor de garganta: Gárgaras con agua salada, pastillas, analgésicos

Tratamiento de infecciones respiratorias bacterianas

Cuando determino que hay una infección bacteriana, el tratamiento con antibióticos es necesario y debe ser específico:

Selección del antibiótico apropiado: Basada en:

  • El patógeno más probable según síntomas y examen físico
  • Resultados de cultivos cuando están disponibles
  • Patrones de resistencia locales
  • Alergias y contraindicaciones del paciente
  • Condiciones médicas coexistentes

Antibióticos comúnmente utilizados:

  • Amoxicilina: Para infecciones no complicadas
  • Amoxicilina/ácido clavulánico: Para infecciones más complejas
  • Azitromicina: Para pacientes alérgicos a penicilina o infecciones atípicas
  • Levofloxacina: Para casos más severos o pacientes con comorbilidades

Importancia de completar el tratamiento: Aunque te sientas mejor, es crucial tomar todo el curso de antibióticos prescrito para prevenir recaídas y resistencia.

Tratamientos adicionales para casos específicos

Broncodilatadores: Para pacientes con sibilancias o antecedentes de asma:

  • Salbutamol inhalado para alivio rápido
  • Esteroides inhalados si hay inflamación significativa

Oxigenoterapia: En casos de dificultad respiratoria significativa:

  • Evaluación de saturación de oxígeno
  • Oxígeno suplementario cuando la saturación es menor a 90%
  • Monitoreo continuo en casos severos

Esteroides sistémicos: En casos específicos como:

  • Exacerbaciones de EPOC
  • Asma severo
  • Inflamación pulmonar significativa
  • Siempre bajo supervisión médica estricta

Seguimiento médico estructurado

Primera evaluación de seguimiento (48-72 horas):

  • Evaluación de respuesta al tratamiento inicial
  • Ajuste de medicamentos si es necesario
  • Identificación de complicaciones tempranas
  • Educación adicional al paciente

Seguimiento intermedio (5-7 días):

  • Verificación de mejoría clínica
  • Evaluación de necesidad de estudios adicionales
  • Ajuste de plan de tratamiento
  • Planificación para el alta médica

Evaluación final (10-14 días):

  • Confirmación de resolución completa
  • Identificación de síntomas residuales
  • Recomendaciones de prevención
  • Planificación de seguimiento a largo plazo si es necesario

Cuándo se requiere hospitalización

Criterios de hospitalización:

  • Dificultad respiratoria severa (saturación de oxígeno <90%)
  • Neumonía severa con múltiples lóbulos afectados
  • Sepsis o signos de infección sistémica
  • Comorbilidades significativas que aumentan el riesgo
  • Incapacidad para mantener hidratación oral
  • Pacientes que viven solos y no pueden cuidarse
  • Falta de respuesta al tratamiento ambulatorio

Manejo hospitalario:

  • Oxigenoterapia continua
  • Antibióticos intravenosos
  • Monitoreo intensivo de signos vitales
  • Manejo de líquidos y electrolitos
  • Fisioterapia respiratoria cuando es apropiado

Prevención de complicaciones

Educación del paciente sobre señales de alarma:

  • Empeoramiento de dificultad respiratoria
  • Fiebre que no responde a tratamiento
  • Aparición de nuevos síntomas
  • Incapacidad para mantener líquidos

Seguimiento estrecho:

  • Contacto telefónico regular
  • Visitas programadas
  • Acceso fácil para consultas urgentes
  • Coordinación con especialistas cuando es necesario

Tratamiento de complicaciones específicas

Neumonía adquirida en la comunidad:

  • Antibióticos específicos según severidad
  • Manejo de oxigenación
  • Prevención de complicaciones como derrame pleural
  • Evaluación de necesidad de hospitalización

Exacerbación de EPOC:

  • Broncodilatadores intensificados
  • Esteroides sistémicos
  • Antibióticos cuando hay signos de infección bacteriana
  • Evaluación de necesidad de ventilación asistida

El éxito del tratamiento de infecciones respiratorias agudas depende tanto de la apropiada selección de medicamentos como del seguimiento médico continuo y la participación activa del paciente en su cuidado.

Conclusión: Tu salud respiratoria merece atención profesional

Las infecciones respiratorias agudas no son solo «gripas comunes» que siempre se curan solas. Como hemos visto a lo largo de este artículo, pueden variar enormemente en severidad y pueden progresar rápidamente hacia complicaciones serias si no se reconocen y tratan oportunamente.

La diferencia entre una recuperación sin complicaciones y una hospitalización prolongada frecuentemente radica en el reconocimiento temprano de síntomas de alarma y la búsqueda oportuna de atención médica profesional. No se trata de alarmarse por cada estornudo, sino de desarrollar la sabiduría para distinguir cuándo tu cuerpo necesita ayuda profesional.

Durante mis años de práctica, he sido testigo de cómo la atención médica oportuna no solo acelera la recuperación, sino que previene complicaciones que pueden tener efectos duraderos en tu salud. He visto pacientes que, por esperar «a ver si se me pasa», desarrollaron neumonías que requirieron hospitalizaciones prolongadas, cuando una evaluación temprana podría haber resultado en un tratamiento ambulatorio exitoso.

También he aprendido que cada paciente es único. Los síntomas que en una persona pueden indicar una infección leve, en otra pueden ser señal de algo más serio. Tu edad, tus condiciones médicas preexistentes, tu estado nutricional, tu nivel de estrés, e incluso tu intuición sobre tu propio cuerpo, son factores que influyen en cómo evolucionará tu infección.

La medicina moderna nos ofrece herramientas extraordinarias para el diagnóstico y tratamiento de infecciones respiratorias, pero estas herramientas son más efectivas cuando se utilizan oportunamente. El médico internista, especialista en el cuidado integral del adulto, está entrenado específicamente para evaluar síntomas respiratorios en el contexto de tu salud general y para coordinar el cuidado complejo cuando es necesario.

No permitas que el miedo al «sobrerreaccionar» te impida buscar la atención que necesitas. Es infinitamente mejor una consulta que resulte ser preventiva que una complicación que pudo haberse evitado. Tu salud respiratoria es fundamental para tu calidad de vida, tu capacidad de trabajo, tus relaciones familiares, y tu bienestar general.

Escucha a tu cuerpo, reconoce las señales de alarma que hemos discutido, y no dudes en buscar atención médica cuando los síntomas persisten, empeoran, o simplemente te hacen sentir que «algo no está bien». Tu instinto sobre tu propia salud es valioso y debe ser tomado en serio.

¿Tienes fiebre, tos persistente o dificultad para respirar?

No lo dejes pasar. Agenda tu cita con el Dr. Juan Carlos Pérez, médico internista en WiseMed Guatemala.

El Dr. Pérez está especializado en el tratamiento de enfermedades respiratorias agudas y crónicas, con más de 20 años de experiencia en el manejo clínico y hospitalario de pacientes con infecciones complejas. Su formación incluye un máster en Infección por VIH de la Universidad Rey Juan Carlos de España, y ha atendido numerosos casos de COVID prolongado y complicaciones pulmonares asociadas.

Su experiencia abarca:

  • Diagnóstico diferencial de infecciones respiratorias
  • Manejo de neumonía adquirida en la comunidad
  • Tratamiento de exacerbaciones de EPOC y asma
  • Atención de pacientes con comorbilidades complejas
  • Seguimiento de complicaciones post-COVID
  • Coordinación de cuidados multidisciplinarios

El Dr. Pérez entiende que cada infección respiratoria es única y requiere un enfoque personalizado que considere no solo los síntomas actuales, sino también tu historial médico, factores de riesgo, y circunstancias personales.

No esperes a que los síntomas empeoren. La atención temprana es la clave para una recuperación rápida y sin complicaciones.


Referencias bibliográficas:

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